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domingo, 13 de marzo de 2011

Bienvenido al mundo

Hace 5 días y medio nació Nikita. Justo al nacer pusieron a mi hijo en mis brazos y mientras le hablaba en español sin parar, me miraba y me decía "aquí estoy, dependo de ti". No recuerdo bien mis palabras, porque fueron muchas y porque salieron del alma sin pasar por mi cerebro. Las manos me temblaban y miraba a mi mujer a la que el esfuerzo apenas le permitía moverse. Nikita, muy tranquilo, se acurrucaba pacientemente entre mis brazos y escuchaba mi retahíla como si fuera un cuento. Las enfermeras se preguntaban unas a otras en qué lengua estaba hablando mientras hacían su trabajo con un automatismo que me tranquilizaba.

¿Cuántas veces puede un hombre sentirse tan especial? Pienso que saberse especial es precisamente una sensación única, intensa y corta en el tiempo. No me parece posible una explosión de alegría que se convierta en un torrente de felicidad duradero. Y yo llevo 10 meses subiendo, peldaño a peldaño la Torre de Babel, y ya casi puedo tocar el cielo con mis manos. ¿Seré yo al fin, el que termine tan alocado sueño de conocer a Dios?

La pediatra valoró al bebé, se acercó y me dijo "9 puntos". ¿Eso está bien, no? Dije yo, sabiendo que el máximo eran 10 y que casi nunca daban más de 6. "Está perfecto", dijo mientras me hacía el signo "ok" con el dedo, máxima expresión de lo que ella supuso su capacidad políglota. En ese momento el aire me dio una caricia en la nuca y me sentí tan aliviado como Nikita entre mis brazos. "Está perfecto" se repetía en mi mente, y yo pensaba ciertamente que la perfección más absoluta, la conjunción de todos los sentimientos puros, el mundo de las Ideas en sí, era precisamente aquel cuerpecillo indefenso que arrimaba la oreja a mi corazón para sentirse en casa.

Es curioso, cuando dejé de escribir lo hice porque me quedé sin cosas que decir y hoy simplemente ya no soy capaz de expresarlas. ¿Pero cómo expresar tantos miedos, tantas alegrías, tan enorme satisfacción que a la vez me preocupa constantemente, en un simple párrafo? Nos dieron el lenguaje para pensar, pero los sentimientos no se piensan, ni se controlan, ni se cuentan. ¿Existe una combinación perfecta de caracteres en cualquier idioma capaz de describir siquiera alguno de los momentos de estos 5 días y medio?

Mi mujer me cogió de la mano como antes había hecho con todas sus fuerzas. Dejé a Nikita en la cama para que comiera por primera vez junto a su madre. "Aquí saben construir momentos especiales", pensé, y me quedé mirando embobado cómo Nikita se aferraba a la vida.

El 7 de marzo de 2011, a las 7 de la tarde en el paritorio número 7 del Centro Prenatal de Ekaterimburgo, en los Urales, nació Nikita. Y ahora me viene a la mente una de las cosas que le estuve diciendo justo después de nacer. Con los ojos empañados le repetía una y otra vez "¡Bienvenido al mundo, hijo mío, bienvenido al mundo!

8 comentarios:

  1. Reyes Rguez-Pantoja13 de marzo de 2011, 21:16

    Ciertamente conmovedor. No hay palabras para expresar tales sentimientos cuyo único vehículo de comunicación es el corazón.
    Un beso muy grande.

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  2. Muchas gracias, Reyes. Un beso enorme!

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  3. Qué arranque más prometedor del blog. Fa se emocionó ayer mientras se lo leía. Me alegro mucho por vosotros. No sabes lo que me estimula verte tan feliz. Espero que consigamos explicarle a Nikita y a Hugo quiénes somos nosotros, cuán grande es lo que nos une. Quizás no sea necesario decirles nada, lo van a percibir ellos mismos.

    Vendrán momentos de astío, de sentirse agotado... pero Borja, ese día, esos momentos iniciales, no te los quita ya nadie.

    Estamos con vosotros.

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  4. Un beso enorme compadre! Os quiero mucho a los tres y de lo que nos queremos Hugo y Nikita se darán cuenta seguro!

    Pronto Hugo estará ejerciendo de hermano mayor ;)

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  5. Me siento muuy feliz por vosotros, es inmenso el amor que transmites.Me he emocionado.Una vez más Felicidades!!. Eli

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  6. Mucahs gracias Eli! Ciertamente el amor es inmenso! Un besazo!

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  7. Tal y como te dije antes de ayer, creo que resulta necesario fundar oficialmente tu club de fans ante unas palabras como las que nos has regalado. Creo que éstas no sólamente son capaces de conmover a todas aquellas personas que han alcanzado la categoría de ser humano capaz de expresar sus sentimientos y dejarlos volar libremente. A mi, personalmente, me invitan a hacerme una idea de cuál puede ser la alegría, satisfacción o mejor dicho, el grado de felicidad que puede llegar a disfrutar y sentir este tipo de terrícolas a los que me referí antes. Letras que son un cuadro, un cuadro que debe ser la belleza sin par del origen de la vida.

    Gracias pues por compartir tus párrafos cargados de ilusión, de fuerza, de energía y, como no, de vida, de esperanza y de nuevas puertas que se abren hacia un futuro que si nos damos cuenta nos acaba perteneciendo desde el alba hasta el ocaso.

    Espero que el presente y el futuro os sean positivos y que no decaiga el ánimo ni un sólo instante.

    Igualmente, mis mejores deseos para las aventuras por los cinco continentes de Nikita en los Urales tras los tres primeros meses. De todo corazón le deseo que sea feliz en la suerte que ha tenido desde que le dijiste "bienvenido al mundo".

    Un abrazo muy fuerte desde Izhevsk (República de Udmurtia, Rusia) es decir, desde la otra parte de los Urales.

    Á.

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